top of page
Buscar

Cuerpos espirituales: siete dimensiones que debemos conocer.

  • Foto del escritor: Lolly Tantric
    Lolly Tantric
  • 24 jul 2024
  • 4 Min. de lectura

¿Alguna vez has oído hablar de los cuerpos espirituales? Poco se habla de ellos, al fin y al cabo, es más común que las personas crean en lo que pueden ver, como por ejemplo el plano físico, que en lo que no pueden ver.


Mucha gente también cree en la existencia del alma, por subjetiva que sea. Y el hecho de que no exista evidencia que contradiga su existencia hace conveniente doblegarse ante la existencia de algo que está más allá de nuestra capacidad de explicación.


Esto sucede por la forma en que nosotros, los seres humanos, somos estudiados por quienes creen en una realidad más tangible o visible. Así, valores que van mucho más allá de nuestra comprensión quedan fuera de la ecuación. Y se trata de algunos datos sobre esta ecuación de los que hablaremos aquí, datos importantes que, en conjunto, explican nuestra plenitud.


Además del cuerpo material y de nuestra alma, también tenemos otro tipo de cuerpo: el espiritual. Tiene siete dimensiones que nos acompañan a lo largo de nuestra existencia, cada una operando en un lugar diferente.

× LOS 7 CUERPOS ASTRALES+

Comprender los siete cuerpos espirituales.

Lo primero que debemos entender acerca de los cuerpos espirituales es que su poder es muy grande. Para que os hagáis una idea, sólo con la combinación de los dos más conocidos ya no podríamos soportar su energía.


Estos cuerpos están compuestos por siete dimensiones, de las cuales conocemos muy bien dos: la física y la espiritual.


Y de los demás hablaremos un poco más adelante, sin olvidarnos, por supuesto, de hablar de los cuerpos espirituales que ya son muy conocidos por la mayoría de personas.


1. Cuerpo físico


El cuerpo físico comprende todo lo que podemos ver y tocar. Es responsable de recibir todas las demás energías e información que recibimos del plano superior. Para que lo entiendas mejor, podemos decir que lo físico sería la vestimenta que nos da el plano espiritual.


El cuerpo físico, entre los demás, es el único que es estudiado por la ciencia exacta, al fin y al cabo es el que se puede tocar y observar. Y por esta condición táctil, y por ser receptáculo de otras energías, debemos cuidarlo bien y mantenerlo sano.


2. Cuerpo etérico


También conocido como doble cuerpo etérico, este es el cuerpo que no vemos, sin embargo, sentimos. Su formación consta del aura, los chakras y lo relacionado con estas energías. Este cuerpo se considera el primer nivel del campo energético.


El cuerpo etérico está formado por energía, teniendo un aspecto luminoso que puede variar entre el azul y el naranja. Sigue siendo el mismo durante toda la existencia, y una de sus principales funciones es estructurar el cuerpo físico, ayudando a mantener las funciones vitales.


Hay que tener mucho cuidado con este órgano, al fin y al cabo, su ruptura podría provocar daños a la salud, o incluso comprometer la supervivencia. La muerte en el plano visible se considera precisamente la separación que se produce entre los cuerpos físico y etérico, pues con la ruptura entre las partículas presentes en los dos cuerpos, ya no existe un molde o soporte que permita su unión.


3. Cuerpo astral


Este cuerpo es más conocido como alma, pero también se le puede llamar cuerpo astral. De los siete cuerpos, es el único que cambia de apariencia mientras viaja entre planos. Al ser un cuerpo sumamente sensible, es a través de él como se expresan las sensaciones, emociones y deseos.


De todos los cuerpos espirituales, este es el único que cambia su apariencia al viajar entre diferentes planos. Es durante el sueño que el cuerpo astral gana la libertad de viajar entre planos, que acabamos recordando en forma de sueño o simplemente de fragmentos.


También es posible acceder al plano astral mediante anestesia, sustancias alucinógenas, shock emocional, proyecciones astrales conscientes o coma.


4. Cuerpo mental


Nuestro cuerpo mental, como su nombre indica, está representado por nuestra mente. Y no podemos olvidar que existe una diferencia entre mente y cerebro. La mente es la encargada de organizar los pensamientos, mientras que el cerebro es el escenario para su manifestación.


Este es un cuerpo más sutil que el cuerpo astral, siendo el encargado de manifestar los pensamientos espirituales. Su forma es ovoide y no se puede ver ni tocar.


Muchas personas buscan la iluminación y aprenden a controlar este cuerpo y someterlo a su voluntad, controlando en consecuencia el cuerpo físico.


5. Cuerpo causal


El cuerpo causal también se conoce como cuerpo abstracto o superior. Se encarga de guardar todos los recuerdos de nuestra vida. Contiene todos nuestros deseos, imaginación e intuición. Este cuerpo está vinculado con la individualidad.


Está formado por una sustancia sutil que tiene una frecuencia vibratoria aún más evolucionada que la del cuerpo mental.


Es el organismo encargado de guardar todos los recuerdos de la vida. Esta es también la dimensión fuente de la conexión con la mente divina, siendo responsable de canalizar la intuición pura, también conocida como sexto sentido.


6. Cuerpo de Buda


También conocido como Buddhi, el cuerpo de Buda es menos conocido ya que está vinculado al mundo cósmico y al tiempo. Es en él donde reside la verdadera sabiduría, la que muchos buscamos, pero que no tenemos el poder de comprender porque está fuera del alcance del plano físico.


En él se almacenan los acontecimientos y experiencias de la humanidad, tal es su atemporalidad y dimensión. Cuando se accede, le permite buscar en el pasado y comprender ciertas cuestiones de su propia vida.


7. Cuerpo átmico


Y por último, el cuerpo más alejado de todo nuestro entendimiento o conocimiento. El cuerpo átmico, o Atman, es el espíritu de la esencia, nuestro yo cósmico, ya que contiene la esencia divina de cada ser. 


Este cuerpo se manifiesta según cada uno de forma única e individual.


Conclusión


Es posible decir que los 7 cuerpos espirituales son divisiones utilizadas para comprender mejor la vida humana. Para despertar y experimentar las dimensiones superiores, los individuos necesitan trabajar intensamente en sus poderes de conexión con el Ser Superior.


El proceso de evolución humana implica el acceso y la voluntad de mejorar cada uno de los siete niveles de conciencia, desde el cuerpo físico hasta el átmico. El resultado es una vida más ligera, feliz y plena.

 
 
 

Comments


bottom of page